¡Uf...!, ¡la gente! Me parece que hace falta mucho valor, o mucho de lo que sea, para entrar en los demás, en la gente. Todos pensamos que los demás viven es sus fortalezas, en sus fortificaciones: tras sus fosos, tras sus muros tachonados de pinchos y de cristales rotos. Pero la verdad es que habitamos en estructuras mucho más frágiles. Todos, diría yo, estamos construidos con materiales de mala calidad. O ni siquiera eso. Basta con meter la cabeza por debajo de la tienda de campaña y entrar a gatas. Si te dejan, claro.

Martin Amis. _La flecha del tiempo_. Ed. Anagrama, Barcelona, 1991.

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