may i feel said he
(i'll squeal said she
just once said he)
it's fun said she

(may i touch said he
how much said she
a lot said he)
why not said she

(let's go said he
not too far said she
what's too far said he
where you are said she)

may i stay said he
(which way said she
like this said he
if you kiss said she

may i move said he
is it love said she)
if you're willing said he
(but you're killing said she

but it's life said he
but your wife said she
now said he)
ow said she

(tiptop said he
don't stop said she
oh no said he)
go slow said she

(cccome? said he
ummm said she)
you're divine! said he
(you are Mine said she)


e.e.cummings. "may i feel said he".
A guisa de stefana, mis abuelos llevaban coronas de cuerda entretejida. En el mar no había flores de modo que el kubari, un tal Pelos que hacía las veces de padrino, quitaba la corona de cáñamo al rey y se la ponía a la reina, se la quitaba a la reina y se la ponía al rey para luego volverlas a cambiar.
El novio y la novia ejecutaron la danza de Isaías. Juntas las caderas, cogidos de la mano con los brazos entrelazados, Desdémona y Lefty giraron en torno al capitán, una vez, dos veces, y luego otra, hilando juntos el capullo de la vida. Ninguna linearidad patriarcal en esa ceremonia. Los griegos nos casamos en círculo, para que se nos queden grabados los elementos esenciales del matrimonio: para ser feliz hay que encontrar variedad en la repetición; para avanzar hay que volver a donde se ha empezado.
Ahora bien, en el caso de mis abuelos, se trazó un triple círculo: cuando pasearon por cubierta la primera vez, Lefty y Desdémona seguían siendo hermanos. La segunda vez, eran novios. Y la tercera, marido y mujer.

Jeffrey Eugenides. _Middlesex_. Ed. Anagrama, Barcelona, 2003.